EVA POMARES
La economía de las comarcas leridanas sigue el ritmo de crecimiento económico del resto de Cataluña. El 2014 salieron de la recesión, con un aumento del producto interior sucio (PIB) del 1,6%. Es una décima más que en el conjunto catalán. Lleida se sitúa sólo ligeramente detrás de las adalides, Barcelona y Girona (1,7%). “Estamos en una fase de crecimientos contenidos y se confirma que salimos de la segunda recesión económica”, afirmó ayer Josep Oliver, catedrático de economía aplicada de la UAB, que presentó en Lleida el Anuario Económico Comarcal 2015 de Catalunya Caixa.

Josep Oliver señala como uno de los motores claves de la recuperación el “regreso de la confianza de la demanda interior, que en Lleida tiene más pes que en otros lugares y, por eso, la crisis también había sido más intensa”. Un consumo privado que en Cataluña el 2013 todavía se contraía un 3,3%. Por el contrario, el año pasado y por primera vez desde el inicio de la crisis, experimenta un comportamiento positivo (2,6%).

Por sectores, el crecimiento leridano rae en el adelanto de la industria, que ha vivido dos años de recuperación. Y en el sector primario, que cuadruplica la tasa de crecimiento respecto a la media catalana. Por primera vez en siete años, el PIB de todas las comarcas leridanas aumenta. El año pasado las de montaña lideraron el crecimiento (2,12%), contra la plana (1,63%). Entre el 2011 y el 2014, fueron el Alta Ribagorça, las Garrigues y el Pallars Sobirà –superando el 3% del crecimiento del PIB– las que estiraron más el crecimiento de la demarcación. En los últimos lugares y por debajo del 1%, el Urgell y el Valle de Arán.

Perspectivas

Este año se acabará con cifras de crecimiento de la riqueza similares a las del 2014. “Ha sido un año de expansión, como hacía siete u ocho años que no veíamos. Soy optimista”, dice Oliver. Eso sí, “los estragos” de la crisis en la ocupación no se resolverán pronto: “Al ritmo de este año, recuperaremos los niveles del 2007 el 2021.” Para el 2015, prevé un incremento del PIB catalán del 3% y la consolidación del acabamiento de la recesión. A pesar de que el 2016 el crecimiento podría ser un poco menor, debido a un contexto internacional –con frenadas de economías como la china o la brasileña– complicado.

Por Oliver, “el futuro del país depende de la recuperación del tejido industrial”, con un modelo económico diversificado. Más sólido que el de la burbuja inmobiliaria.